El ritmo de pertenecer de un mismo tiempo, dar vueltas las palabras con un mismo significado y darles otro. O bien darles el
mismo significado y voltear el contexto, solo para jugar con el lenguaje,
probar lo frágil y poderoso que puede ser las palabras bien o mal escritas.
El hablar, con una frase y como voy construyendo la columna
de un cuerpo llamado lenguaje, que nos damos el vivir cada día el hecho de
expresarnos pero no escuchamos su desarrollo a través de la historia, pero la
historia simplificada llevada a un presente que ya está pasando y dándonos
cuenta de que el lenguaje ha pasado, innovó, cambió y se quedó así en nuestro
recuerdos mentales.
Tomar el tema de como las personas que no tienen experiencia
de años con el lenguaje, como los bebés y analfabetos, que no han seguido las
leyes de la gramática y tratan de escribir o demostrar la frase según se les
venga a la mente.
Mauricio Selfene
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